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Un 2014 cargadito.

Por Yolanda Larrea Sánchez , 1 enero, 2015

Se acabó el 2014. Ha sido intenso, de eso no hay duda. Pasará a la historia como el año de la abdicación de Juan Carlos I. Y, con ello, Sofía por fin ha podido conseguir una libertad que en muchas ocasiones sacrificó por el bien de la monarquía. Tuvo lugar así la coronación de Felipe VI como nuevo Rey de España. De esta forma, una atea, republicana y, lo peor de todo, periodista, se convertía en reina.
La cosa siguió por peores derroteros. Urdangarín era víctima de su ambición, pero sobre todo de su propia posición de marido de un miembro de la Casa Real. A Cristina de Borbón no le tembló el pulso y, en vez de renunciar a sus derechos dinásticos como se lo pidió su padre, se dedicó a sonreir y saludar a los funcionarios de los juzgados dejando claro que ella no entraba ahí como persona, sino como infanta. El final fue su imputación. Sin embargo, fue una imputación a medias. Nada de blanqueo de capitales, ella sentadita y, el pueblo, contento.
En este año también tuvo lugar el primer caso de Ébola en España. Dejó claras varias cosas pero, sobre todo, la gran crisis que sufre el PP. Se hunden ante la mirada impasible de su propio capitán. Ana Mato no ayudó mucho que se diga, y mostró a todo el país su incapacidad para ser ministra de sanidad. Bueno, para eso y para cualquier cosa para la que se necesiten unas mínimas aptitudes. También dejó entrever cómo Soraya es la única que toma el mando y sale a apagar los fuegos que crean los de su alrededor. Además, el caso de Teresa Romero también dejó clara otra cosa: por mucho que unos pocos se esfuercen en dar voz a los animales, en este país se hace hasta lo imposible por arrebatársela. Así te deje en ridículo Estados Unidos. La vida y España, siguen igual.
2014 también nos deja la figura de un Gallardón desautorizado por sus propios compis de partido. Lo dejaron ahí, a los pies de los caballos. Hay sacrificios que merecen la pena y, a veces, para seguir remando hay que echar a alguien al agua. Eso pensaron ellos. Su final estaba escrito desde el mismo momento en el que se empezó a rumorear que emisarios del PP habían querido comprar o quizás exigir el silencio de Bárcenas y con ello la cabeza del ya ex ministro de justicia.
No podemos olvidarnos del, como diría La Sexta, mayor triunfador de los Bárcenas Fan Awards de este año: el señor Blesa. Se descubríó que él y sus secuaces vivían a todo tren gracias a las tarjetas black. Utilizaban Caja Madrid como su cortijo, mientras media España veía cómo las cuentas ya no salían. Él y Rodrigo Rato no fueron los únicos. Jordi Puyol, alentado por su señora, miraba de forma inquisitiva a los periodistas mientras evidenciaba que el “España nos roba” caía por su propio peso. Asimismo, si hay un tema que ha dado que hablar en los últimos meses ha sido la consulta soberanista. Si unos tienen cortijos, otros como Artur Mas tiene masías. Es lo que tiene gobernar en el Estado libre asociado, que diría él.
Por otra parte, Rubalcaba acabó en 2014 derrotado en las europeas e incomprendido por su propio partido. Aunque parece que en él nadie se entiende. En este río revuelto pescó Pedro Sánchez, la versión guapa y supuestamente mejorada del zapaterismo.
No, tranquilos todos, no me olvido de él. Cómo hacerlo si está en todas las salsas. Y es que si por algo está marcado este año es por el ascenso político de Pablo Iglesias, quien ha pasado de contertulio brillante a salvapatrias con grandes dotes comunicativas y más ingresos que el propio Presidente del Gobierno.
Hay que recordar también que en este año nos han dejado personajes ilustres como Adolfo Suarez, al que quizás habría que haber valorado más en vida y no tanto para salir en portada, o también la Duquesa de Alba, mujer inclasificable que, como decía su epitafio, vivió como sintió. Y, cómo no, recordar la imagen más comentada: Isabel Pantoja entrando con las botas puestas.

Un 2014 cargadito, sí. Lleno de momentos históricos de los que unos pocos han sido partícipes y el resto testigos. ¿Qué nos deparará el 2015? ¿Cataluña caminará sola? ¿Ganará Pablo Iglesias las elecciones? ¿Podrá sobrevivir a ello Esperanza Aguirre o acabará de nuevo liderando la capital? Está por venir un 2015 repleto de acontecimientos. Que estemos todos aquí. Nosotros para escribirlo, y ustedes para leerlo, para estar informados, para ser críticos. En definitva, para ver la actualidad… desde otro prisma.


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