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Ser independientes, pero no indiferentes

Por Amir Valle , 24 marzo, 2014
Isamar Escalona e Ivan González (del CSA) y Gustavo Triani (de UNI Global América) en Berlín.

Isamar Escalona e Ivan González (del CSA) y Gustavo Triani (de UNI Global América) en Berlín.

 

EL RETO DE LOS SINDICATOS EN AMÉRICA LATINA

 

Tres voces participantes en la Conferencia Sindical Internacional “Justo en lugar de precario. Estrategias sindicalistas para un trabajo decente en todo el mundo”, realizada a inicios de marzo en la Fundación “Friedrich Ebert” en Berlín, nos permiten acercarnos al universo complejo del movimiento sindical en América Latina y los retos que enfrentan en una región convulsionada por el enfrentamiento entre vestigios del pensamiento neoliberal y el fortalecimiento del pensamiento de izquierda.

Isamar Escalona e Ivan González, de Venezuela, Responsable de Economía Informal y Salud Laboral la primera y Coordinador Político de la Confederación Sindical de Trabajadores de América (CSA), y Gustavo Triani, Coordinador Regional de Jóvenes de UNI Américas, en sus intervenciones durante el evento y en esta entrevista ofrecen un panorama sobre el trabajo de los sindicatos. Aseguran que en América Latina, al alto índice de precarización no contabilizado pues la mayoría de los países no reconoce el trabajo informal como trabajo, a la desaparición acelerada de los contratos fijos, a la discriminación múltiple (del trabajador informal, el trabajo femenino, el del emigrante y el de las poblaciones indígenas) y a la explotación del trabajo infantil, se suman las dificultades de la lucha contra ese problema, entre otras, el amplio entramado de estrategias globales del empresariado en fomento del trabajo precario, la complejidad de mantener la independencia sindical frente al poder político, el descrédito de los sindicatos en sectores vitales como la juventud y la imposibilidad actual de aplicar a nivel local las estrategias de organismos regionales o internacionales como la Organización Internacional del Trabajo y la Confederación Sindical Internacional.

 

La afiliación sindical y el trabajo informal

Iván González: Sólo un promedio del 30 % de los trabajadores en el área están afiliados. Nosotros representamos 50 millones. Estados Unidos y Canadá están más sindicalizados junto a Argentina, Brasil, Uruguay.

Isamar Escalona: La economía informal es mayor en Centroamérica, después la región andina (Perú, Ecuador) y Guatemala con un 80%. Es realmente un caos. Si le sumas a eso el sector agrícola, que dentro de los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no se incluyen, el caos es mayor. Destacan los sectores de trabajadores por cuenta propia, un 13 % que está en la formalidad pero trabajando en condiciones informales, el sector doméstico. Lo que hace casi imposible fiscalizar todo el fenómeno, darle el control, el seguimiento que merece un tema así. Es posible hacerlo cuando el movimiento sindical está bien coordinado. Fíjate el caso de las costureras de Zara en Brasil. Uno de los sindicatos comienza a darse cuenta de que inmigrantes, bolivianas, a quienes incluso les quitaban el pasaporte, estaban trabajando en familia, en condiciones casi de esclavitud, y comienza el sindicato a buscar la manera de ubicar a las mujeres, logran finalmente una coordinación con las mujeres desde dentro para solicitar la inspección del trabajo, incluyendo también a los tribunales de trabajo que, por suerte, en Brasil funcionan con bastante eficiencia. Pero eso en otros países es bastante difícil.

Gustavo Triani: Vamos a poder combatir ese trabajo informal, que como se ha dicho incluso llega a ser trabajo esclavo, si nos centramos en la solidaridad, porque un sindicato solo no lo va a poder solucionar. Es importante la solidaridad entre centrales, asociaciones, actuar conjuntamente porque, un ejemplo, tal vez desde el sector servicio se vea todo bien, pero del otro lado, en la producción y elaboración quizás estén utilizando mano de obra esclava, o en el transporte pueden estar contratando choferes precarizados. Y por eso es vital la solidaridad, la cooperación entre sindicatos, actuar en bloque.

Isamar Escalona: Es importante también la solidaridad del trabajador formal hacia el informal, una solidaridad de clase. Pensar: él es un trabajador igual que yo, sólo que tiene peores condiciones. Eso es lo que debe ser diferente: fomentar la solidaridad de clase, crear fórmulas que puedan frenar la informalidad también con una vigilancia desde el trabajador formal. Que sea no sólo una labor de los sindicatos, sino de todos, porque al final se está luchando por derechos que todos esperamos tener.

 

El flagelo de la explotación del trabajo infantil

Iván González: El trabajo infantil es absolutamente informal. De alguna manera gobiernos y empleadores se han obligado a combatir la explotación infantil. Pero en muchas cadenas de producción formal, hay trabajo infantil. Por ejemplo, en el sector textil hay  muchos niños trabajando en talleres de costura; o en la explotación del carbón, en la producción de ladrillos, en el trabajo en minas, en Colombia y otros países de la región.

Gustavo Triani: En la UNI consideramos que no puede hablarse de trabajo decente si hay trabajo infantil y eso lo llevamos a un plano más concreto: las condiciones familiares, la formación educacional, condiciones de trabajo dignas, es decir, sentar las bases desde la cuna para cortar el mal en la raíz y evitar que eso se reproduzca como un esquema en el futuro.

Isamar Escalona:   En la CSA existe la Red por la Erradicación del Trabajo Infantil. Se lucha por reactivar el rol del movimiento sindical. Es necesario identificar las causas asociadas a la pobreza, la desigualdad, la exclusión, pero también hay que buscar las alternativas, porque, por ejemplo, en la agricultura en muchos de nuestros países hay trabajo infantil, cargar sacos de café, bananas, etc…, y no se quiere ver eso.

 

La afiliación sindical de los jóvenes

Se habla mucho de que existe la tendencia a que los jóvenes no se afilien a los sindicatos. No es que no se quieran afiliar. Hay que tener en cuenta dos cuestiones: primera cuestión, todo lo que produjo las políticas neoliberales y el capitalismo salvaje en la sociedad, en los jóvenes y no sólo en ellos, que consiguió que se perdiera la confianza en las organizaciones y también en las organizaciones sindicales. En el caso de los sindicatos, debemos ser autocríticos y analizar a fondo por qué se produjo eso. Segunda cuestión, a lo largo de estos años ha habido cambios generacionales en la juventud. Antes, los padres nos inculcaban el respeto al trabajo, a la idea de trabajar para siempre en un lugar, especializarse, retirarnos. Hoy por hoy eso es totalmente distinto. Un joven que ingresa al mundo del trabajo, si tiene la suerte de ingresar, con 30 años puede haber cambiado de trabajo varias veces. Unas veces se debe a que no le importa trabajar hoy en la empresa A para mañana trabajar en la empresa B, pues lo que les importa es tener tiempo para su vida personal, tener dinero para su recreación o irse de vacaciones, pero otras se debe a que los contratos fijos cada vez existen menos, se ven forzados a no echar raíces en ningún sitio. Ahí entran los sindicatos: debe trabajarse de manera sistemática, con ideas nuevas, en el lenguaje de los jóvenes, y vincularlos al trabajo y a los derechos que les corresponden. Políticamente está en la agenda, pero hay que llevarlo a la práctica.

 

La independencia: cuestión vital

Iván González: En América Latina hay un bloque que representa un cambio: desde los cambios propuestos por Chávez a lo que propuso Lula, es un gran abanico de tendencias. En el caso de países del ALBA hay una relación muy conflictiva, por ejemplo, en Nicaragua, Bolivia, Venezuela en menor sentido, donde los sindicatos tuvieron un papel importante. Nosotros reivindicamos estos procesos de cambio, sin que eso signifique que compartimos la visión de los gobiernos hacia los sindicatos, incluso decimos que es una agenda pendiente. Estos gobiernos hacen parte de un proyecto con el que nos identificamos porque implicó la recuperación de la agenda social, el restablecimiento de los derechos, la defensa de los trabajadores en términos generales y la recuperación del papel del Estado frente a la economía neoliberal. En el resto de los países, Brasil, Uruguay, Argentina, los sindicatos hacen parte de la apuesta social, aún con contradicciones: Pepe Mujica ha tenido que sufrir paros, igual en Brasil, pero hay cooperación, se respaldan. Somos independientes, pero no somos indiferentes.  No es lo mismo tener un gobierno de derecha, que un gobierno de izquierda. En Venezuela, por ejemplo, no tenemos duda de que una vez salido el chavismo viene una agenda totalmente neoliberal, de ataque a los sindicatos, de reducción de las conquistas de los trabajadores. Si una cosa Chávez hizo es que hubo una recuperación del salario, una reducción del desempleo, un proceso de formalización de la economía. Ah, que eso lo hacía Chávez directamente y no a través de los sindicatos, eso es otra cosa.

Gustavo Triani: Es importante tener en cuenta que lo que sucede es que los trabajadores han dicho no ya a muchas cosas, entre ellas, a la visión neoliberal o el capitalismo salvaje. Trabajadores que fueron lanzados a la pobreza absoluta cuando las economías liberales, con estos gobiernos, aunque uno pueda tener cosas en contra o a favor, han sido recuperados a través de programas que han representado cambios históricos universales: el programa Bolsa en Brasil, el programa de Uruguay con respecto a la informalidad, el programa de asignación por hijos de Argentina que abarca 4 millones de niños… En esencia, que uno puede cuestionarse o no determinada medida, pero la realidad es una: el 1 o el 2 % del ingreso bruto de cada país está utilizándose en programas sociales.

Isamar Escalona: Otro detalle importante es que nosotros como movimiento sindical antes de estos gobiernos en la región teníamos un elemento común: luchábamos contra el neoliberalismo. Ahora, cuando comienzan estos nuevos gobiernos, que coinciden en sus reivindicaciones sociales con nuestras luchas laborales y sociales, se nos comienza a complicar la labor sindical. La pregunta que nos hacemos es: siendo independientes pero no indiferentes, ¿cómo nos posicionamos para reivindicar no sólo la agenda laboral sino una propuesta de desarrollo? Se avalan muchas de las conquistas de estos gobiernos, pero la problemática va más allá: tiene que ver con el medio ambiente, con políticas sociales, con políticas de desarrollo económico, y eso nos pone en un desafío permanente.

Ivan González: Siguiendo por ese camino, Como ante los sucesos políticos somos independientes pero no indiferentes, concebimos la Plataforma de Desarrollo de las Américas. Es un nuevo método de lucha sindical, nuestra propuesta para reconstruir la agenda laboral latinoamericana, que presentaremos oficialmente entre abril y mayo con el apoyo de Lula y Dilma en Brasil, José Mujica en Uruguay y Bachelet en Chile y es la propuesta internacional que llevaremos a la Confederación Sindical Internacional: la necesidad de pasar de la posición sindical defensiva a la incidencia activa en los procesos políticos pero con ideas generadas por los trabajadores. La Plataforma de Desarrollo de las Américas parte del núcleo del trabajo decente, que será posible si el papel del Estado es otro, si la representación de la sociedad y sobre todo de los sindicatos hace posible incidir con los gobiernos en la discusión de la agenda social, si nuestras economías dejan de ser economías primarias de exportación…, y eso pasa por valorar lo que tenemos en recursos naturales, biodiversidad, energía. Le tomamos la palabra a Lula cuando dijo que este era el siglo de las Américas.

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