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¿Quieres ser un Riveral?

Por David Acebes , 24 diciembre, 2015

Albert Rivera

A estas alturas de mi vida, hay gente que todavía me pregunta por qué me gusta tanto la poesía. A esa misma gente, suelo responder que en la poesía hallo todo lo que busco. Pase lo que pase, tengo la certeza de que siempre podré encontrar en un poema la respuesta a mis inquietudes del momento. Ahora, por ejemplo, en plena indecisión política, me encuentro de bruces con este soneto anónimo de mediados del siglo XIX. Lean conmigo:

¿Quieres ser liberal? Ten entendido

que has de traer muy bien compuesto el pelo,

gran corbatín, y cual el mismo cielo

de las lucientes botas el bruñido.

 

Con las damas serás muy atrevido;

habla de la creación con un gran celo,

y para gozar placeres sin recelo,

echa la religión luego al olvido.

 

Siempre constitución y ciudadanos;

siempre la ley resonará en tu boca;

a los serviles llamarás villanos.

 

Pancistas pitancines, gente loca;

y serás sin empeño ni cohecho

un gran liberalón hecho y derecho.

No hace falta ser un lumbreras para darse cuenta de que este anónimo poeta del pasado nos estaba vaticinando la figura, o figurín, de don Albert Rivera. ¿Cómo no ver en el primer cuarteto de este soneto una definición exacta, clavada, del candidato de Ciudadanos? Ese yerno perfecto que siempre trae «muy bien compuesto el pelo, gran corbatín, y cual el mismo cielo de las lucientes botas el bruñido». Él, que es tan atrevido «con las damas», y que ha sido tan valiente, tan osado, de elegir a una pobre mujer incapaz de pedir el voto a su partido como candidata al Congreso por Sevilla…

Pero es que, si seguimos leyendo, en los versos de este soneto encontramos algunos de los puntos primordiales de su programa político. ¿Qué mejor manera de definir su «neutralidad religiosa» que con los versos que siguen: «habla de la creación con un gran celo, y para gozar placeres sin recelo, echa la religión luego al olvido»? ¿Y cómo no entender, tras su verso noveno, casi eslogan («Siempre constitución y ciudadanos«), ese punto de su programa que propugna la «defensa de la constitución» a ultranza?

Yo no sé si ustedes estarán de acuerdo conmigo, pero lo cierto es nuestro querido poeta del pasado dio, sin acaso imaginarlo, en el clavo. No en balde fue el mismísimo señor Rivera quién primero aludió a la casta para referirse a la servil oligarquía catalana. Visto lo visto, bien pudo haberlos llamado también «villanos» o «pancistas»… Como «gente loca» e interesada que son, lo tenían merecido… Veamos ahora, si el empeño español y el cohecho generalizado, convierten al señor Rivera, o no, en un «gran liberalón hecho y derecho».


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