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Pioneras (III) Lois Weber. La primera mujer que dirigió un largometraje

Por Francisco Collado , 30 abril, 2021

Luis Weber

El Mercader de Venecia (1914), es el primer largometraje dirigido por una mujer. Lois Weber nació en Allegheny y desde la infancia sus cualidades para el arte estaban definidas. Fue una excelente pianista y se marchó a Nueva York para hacer carrera como cantante. Comenzó su trayectoria como soprano, triunfando en una gira a los 16 años,  hasta que un accidente con una tecla negra rota crispó sus nervios y acabó con sus recitales. Se unió a una compañía teatral itinerante, dirigida por Wendell Phillips, su futuro esposo, hasta que consiguió entrar en Gaumont Film Company como actriz, recibiendo críticas positivas en su labor teatral en The Boston Globe.

Allí conocería a Alice Guy, que pudo ofrecerle consejos sobre la escritura de guiones. Les ofrecieron hacerse cargo de la productora Rex, que se transformó en una escuela de cine para Lois. Allí se encargó de montaje, dirección, decorados, guiones, vestuario, etc. Incluso introduce recursos poco frecuentes en esos años como la acción simultánea a través de la pantalla partida “Suspense”. La Split Screen es un triángulo segmentado que divide tres acciones. En este mismo film experimenta con el picado.

En 1914 se convierte en la primera mujer que dirige un largometraje con El Mercader de Venecia

En el año 1916 ya era la directora mejor pagada de Universal Studios, tan conocida como D.W. Griffith o Cecil B. DeMille, y en 1917 formó su propia productora: Lois Weber Productions, donde trabajo como ayudante un joven John Ford, estableciendo una tienda en los terrenos de una antigua urbanización residencial en Los Ángeles: 4634 de Sunset Boulevard, erigiendo un escenario de rodaje al aire libre de 12,000 pies cuadrados. Era, en esos momentos, el director/ra de cine mejor pagado de Hollywood.  Pero el cine, convertido en industria, pasaba a ser un feudo masculino. El negocio y la fábrica de dinero comienzan a sustituir el nickelodeon por las lujosas salas y un mayor número de espectadores. La presencia femenina comienza a desvanecerse. Es el momento de la femme fatal, única presencia femenina en el cine hasta la década de los 50.

Las cosas no le fueron demasiado bien, perdió la compañía, se divorció dos veces y sus últimas películas mudas tuvieron escasa acogida. Empezó a trabajar como guionista supervisora en la Universal.

A los 58 años, arruinada, murió de una enfermedad gástrica. Tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

La importancia de Lois en el mundo del cine, aparte de sus capacidades técnicas, tiene otra vertiente más reivindicativa. En sus películas nos muestra como una mujer de educación victoriana se integra en los discursos reivindicativos del New Woman. Los movimientos feministas dejaron huella en la directora, que escenificó en los personajes la problemática de la psicología femenina y su situación en el período histórico. A caballo entre dos épocas se acercó en sus películas a temas controvertidos como el aborto y el control de la natalidad Where are my Children? (1916), la pobreza “The Blot”, el amor interracial en “White Heat” (no fue distribuida por la censura), el abuso de drogas en “Hop, the Devils Brew” (1916), la pena de muerte en “The People vs. John Doe” (1916), la anticoncepción en “La mano que mece la cuna” (1917).

Lois Weber con Anna Pavlova

En su película Hypocrites el escándalo llegó con una mujer desnuda que se mostraba frontalmente. El alcalde de Boston pidió vestir al personaje que representaba la Verdad, ¡pintando los fotogramas! Una osadía impensable en una mujer que había comenzado en las calles como activista de la Iglesia Evangélica en los Church Army Workers y sus misiones de salvación, donde cantaba y tocaba el órgano. Hypocrites es la primera película en mostrar un desnudo frontal femenino y no “Éxtasis” (1933), como suele aparecer en reseñas cinematográficas.

A Lois Weber le fue difícil seguir ofreciendo su arte de matiz reflexivo y reivindicativo frente a una audiencia que buscaba evasión, frente a su representación de la nueva mujer del siglo, que solicitaba acción frente al retrato de la interioridad femenina que ofrecía la directora. Una precursora que aspiraba a que el cine “tuviera una influencia positiva en la mente del público”, que incluía conciencia social  en sus películas. Siempre luchó porque las protagonistas de sus películas no fueran “muñequitas lindas” sino mujeres luchadoras, inteligentes que se enfrentaran a las estructuras sociales del patriarcado y las costumbres sexuales de su época.

Fue una articulista constante que publicó en los principales periódicos de California sobre temas cinematográficos, dejando más de 100 películas en su carrera.

Murió en 1970, a la edad de 70 años, elogiada como una directora que “fomentó la carrera de jóvenes estrellas”. Pocos medios se hicieron eco. Variety un pequeño obituario, Los Ángeles Examiner, una breve mención y el tributo de la controvertida actriz-presentadora Hedda Hopper en Los Angeles Times. A pesar de haber conseguido una fortuna, su entierro tuvo que ser sufragado por sus antiguos compañeros, Hasta la década de los 70 no fue redescubierta como autora señera, directora de enorme personalidad y mujer a contracorriente en un mundo controlado por lo masculino.

 

 

Me gusta dirigir porque creo que una mujer, de un modo más o menos intuitivo, saca a la luz muchas emociones que raramente pueden verse en la pantalla. Puede que pierda algo de lo que consiguen los hombres, pero obtengo otros efectos en los que ellos nunca han pensado.” — Lois Weber

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