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La tentación de San Valentín, de Francesc Rovira Llacuna

Por José Luis Muñoz , 6 marzo, 2015

LA TENTACIÒN DE SAN VALENTÍNCon la arquitectura de la novela negra se puede incursionar maravillosamente bien en el género de humor, y la hibridación, cuando hay talento, suele ser descacharrante. El vasco Juan Bas, director del festival La Risa de Bilbao, puede ser considerado como uno de los máximos epígonos de esta variante literaria en España.

La tentación de San Valentín tiene los ingredientes precisos para que una novela de este tipo, más humorística que negra, funcione y enganche. La investigación de Marc de Prim, un abogado atípico con coleta, que tiene un canario en su pisito de soltero que atiende al nombre de Pavarotti y dedica  los fines de semana a cabalgar a lomos de una Harley Davidson con sus amigotes Pascual, Alaric e Isabelo, con los que forma el grupo Moteros de la Justicia (todos son abogados, fiscales o jueces) se centra en unos chanchullos urbanísticos en los que la clase política local está bien implicada, es decir, actualidad total, sólo que Francesc Rovira LlacunaLa respuesta está en Orsay y Héroe en la casa de los vientos—no pone nombre a la formación política y deja que lo haga el lector en función de sus fobias.  Tiene la desgracia nuestro héroe de enamorarse de una señora estupenda, Claudina—sencillamente descacharrante la secuencia de la seducción tipo mantis de la mujer imponente al abogado con coleta—, futurible alcaldesa de Cabrera de Mar y novia de Conrado Sautier, un arquitecto director general de urbanismo que suena para ministro. No faltan muertes, como la de la prostituta María Perejil, paródica; párrafos subidos de tono—En lugar de mostrar contrariedad, me clavó de nuevo su mirada verdiazul y me acercó la boca muy despacio. Mis labios se encontraron con los suyos, al mismo tiempo que mi mano fue progresando muslo arriba hasta llegar a palparle sus finas bragas de tacto sedoso—,  ni situaciones rocambolescas que hacen que la novela avance entre las manos del lector a una excelente velocidad de crucero.

Cuida mucho el abogado y profesor de narrativa sabadellense Francesc Rovira Llacuna el lenguaje, construye imágenes tan efectivas como descriptivas—Mis dedos se lanzaron a marcar el móvil de Claudina con la fatalidad del exalcohólico que toma furtivamente la botella a sabiendas de que, con ese gesto, contraviene su voto de abstinencia—, tiene un excelente oído para los diálogos, con los que moldea perfectamente los personajes de su novela coral, hace que la ironía planee siempre por la novela—Con el pequeño tsunami, se me había soltado la goma con la que me sujetaba la coleta y debía parecer el león de la Metro, una vez acabado de asear con la manguera a presión por los cuidadores del zoo—y sabe dotar de un buen ritmo a una narración que, por su tipología, es un poco deudora de las películas de Luis García Berlanga plagadas de conseguidores, trepadores y políticos que buscan el enriquecimiento personal.

Una novela para disfrutar sin complejos, tremendamente divertida y excelentemente bien escrita.

Título: La tentación de San Valentín
Autor: Francesc Rovira Llacuna
Género: humor
Editorial: Ediciones Carena, 2015
ISBN: 978-84-16054-73-2
Páginas: 277
Precio: 17 €

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