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Gérard Depardieu admite su alcoholismo con tristeza

Por María J. Pérez , 27 noviembre, 2015

gerard “Es triste, muy triste. Es una gran tristeza darse cuenta de que eres adicto a algo” ha admitido el actor francés Gérard Depardieu en el programa galo Télématin en relación a su adicción al alcohol.

En múltiples ocasiones Depardieu ha aparecido públicamente en estado de embriaguez, además de haber infringido la ley varias veces al ir borracho conduciendo su moto.

Pero aún con todas estas pruebas más que suficientes que corroboran su dependencia a la bebida, el intérprete de 66 años había negado que fuera alcohólico de una forma rotunda. Y es ahora cuando ha tenido el valor suficiente para llamar las cosas por su nombre.

Si bien había hablado en algunas ocasiones de su inclinación hacia la bebida – hace un año declaraba que cuando se aburría bebía y que podía tomarse entre 12 y 14 botellas por día- ha sido este jueves en una entrevista con William Leymergie, de la cadena pública France 2, cuando se ha atrevido a pronunciar la palabra “alcohólico” para designar lo obvio.

A pesar de que el primer paso para recibir tratamiento sea reconocer los síntomas del alcoholismo, el artista no se plantea recurrir a la ayuda de grupos de apoyo puesto que le producen absoluto rechazo. “No, eso nunca, le tengo pánico a ese tipo de gente, lo de Alcohólicos Anónimos es una mierda. Me dan ganas de beber hasta morir: ‘Buenos días, me llamo Gérard, he bebido 13 botellas de vino tinto, tres botellas de pastis y tres de whisky’. Puede que eso ayude a alguna gente, pero su problema no es el alcohol: es la mierda y la soledad. Y que son narcisistas, porque lo cierto es que cuando se interesan por ti, eres feliz” argumentaba de una forma muy elocuente.

Y con este pasado en el que el consumo abusivo de alcohol ha sido la tónica cotidiana, el protagonista de Cyrano de Bergerac asume que su conducta no ha sido muy ejemplar. De esta manera, asegura que se ha comportado como un verdadero “capullo”, aunque no se arrepiente de ello. “He tenido mis momentos en los que he sido un capullo integral, que reivindico y asumo. Es genial ser un capullo y darse cuenta de que lo eres”.

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