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Épica de lo cotidiano

Por Redacción , 5 julio, 2014

angelisAniversario

Dimitris Angelís

Traducción y prólogo de Virginia López Recio

Valparaíso Ediciones

Granada, 2014

En este encuentro inicial con la lírica de Dimitris Angelís en castellano, las páginas introductorias de Virginia López Recio, responsable de la traducción y de las notas, aportan claves precisas para un recorrido diáfano por Aniversario. El escritor, nacido en Atenas en 1973, pertenece a la promoción del cierre de siglo; diversifica su quehacer en géneros como la poesía, el ensayo o el relato breve; es además director de la revista Frear y, en poco más de una década, ha firmado cuatro entregas poéticas, entre las que sobresale el libro que ahora edita Valparaíso, un título reconocido en 2008 con el Premio Porfyras por la Academia de Atenas.

López Recio define el cauce lírico de Dimitris Angelís como “una combinación de su visión política y dudas existenciales con referencias a la mitología griega y a los textos bíblicos”, es decir, un diálogo abierto entre el ser temporal concreto y el devenir histórico que refuerza su voz con el amplio legado de la tradición. En el liminar se recuerdan las vibraciones críticas que ha suscitado la obra del poeta griego, vías de aproximación que deben ser contrastadas por la íntima experiencia de la lectura.

Abre Aniversario el apartado “Regreso” con una cita de Gustavo Flaubert, inolvidable forjador de tipos femeninos. El legendario Ulises será la presencia central de composiciones que aglutinan una temática diversa. En el poema de apertura “El silencioso lugar de lo cotidiano” encontramos esa mezcla de referentes – Circe, Aqueronte, Jesucristo…- con el intimismo de la realidad diaria. Se vela lo narrativo y se confía en la sugerencia del versículo y en la implicación directa del lector para sondear significados. Otro ejemplo del ideario estético de Dimitris Angelís es “Fotografía”, un poema más luminoso y confesional, donde la propia identidad se convierte en una imitación del Ulises viajero, que parte un día para regresar más tarde confiado en el sentir hospitalario. Alguien espera mientras él vive su exilio, ese trayecto iniciático en el que es Nadie.

Frente al libro vertebrado en torno a un único motivo que avanza en progresión, hasta el desenlace, Aniversario despliega un suelo argumental en el que encuentran sitio contingencias del devenir histórico, como la guerra fría y el telón de acero, una grieta de ignominia y aislamiento que acrecentó la desconfianza en el régimen democrático, fomentando el totalitarismo excluyente y las condiciones extremas de vida, como si convivieran atormentadas figuras de Dostoievski.

Ya se ha aludido a Ulises como presencia central de estos poemas, pero el personaje homérico ha sufrido una drástica mutación. El periplo viajero se ha desvanecido en el pasado para integrase en la memoria literaria. El Ulises de Aniversario es atemporal, refleja un yo múltiple, que puede ejercer como cronista de los efectos del tiempo, o como sujeto que en el ahora percibe la destrucción de tantos sueños.

Clausura esta primera sección el poema “Infanticidio”, cuyos versos acogen una doble lectura simbólica. Por un lado, la escritura desde su epifanía está ajena a la pureza; está contaminada por los indicios del existir que dejarán su piel llena de máculas. Por otro, el hablante verbal no está desgajado de su entorno, forma parte de una conciencia colectiva, es hijo de una historia y de esos contraluces que afectan a la conciencia colectiva generacional.

La segunda parte de Aniversario se titula “El bandido noble” y aporta una inflexión temática. Ocupa el escenario versal un malhechor innominado, aunque Virginia López Recio, de acuerdo con lo manifestado por otros críticos, concede a esta identidad una biografía histórica, la del guerrillero de la guerra civil Arias Velujiotis que, en un último gesto de valor, prefiere el suicidio a la rendición. Sin embargo, en muchas composiciones de este apartado sobrevuela la figura del buen ladrón bíblico, San Dimas, cuya redención final es fruto de su caridad hacia el sufrimiento del crucificado Jesús. Dimas, además, es un nombre que se multiplica en la mitología griega de la época oscura, casi siempre interpretando conductas heroicas, por lo que en los poemas de Dimitris Angelís parece hablarse de una actitud que enaltece el valor, la independencia y el descrédito de su propia vida para afrontar gestos solidarios.

Los poemas de este conjunto son apelativos y convierten la voz del yo poético en un soliloquio dirigido a un tú receptivo; el héroe es un interlocutor cercano que comparte el mismo tiempo vivencial.

Para su personal homenaje al poeta Elías Layos, cuya compleja biografía concluye en el suicidio, y para argumentar que los ideales utópicos no se libran de la fecha de caducidad de cualquier existencia, el tercer grupo de poemas, “El caballero y la muerte” elige como coordenada cultural a Don Quijote. Es el persistente confrontar entre lo transitorio del existir y el pensamiento que aspira a eternizarse. Sólida y prepotente, siempre ronda la muerte.

Esa llamada de la muerte que hace de la materia olvido y polvo está también en los poemas del apartado final, un conjunto dedicado a evocar ausencias cercanas. Se abre con el recuerdo del realizador ruso Andréi Tarkovski, cuya obra cinematográfica, personalísima y pacifista, concitó el recelo del régimen soviético, siempre bajo las consignas del realismo socialista y de la exaltación de héroes patrioteros. Otra emotiva elegía se escribe en el poema “Atardecer de madre”, donde el sentimiento aflora desde un presente dubitativo, hecho de soledad y angustia. Sin los latidos que fortalecen la identidad del yo, el protagonista verbal se percibe a sí mismo en momentos existenciales sombríos.

Versionado en común por Pedro Mateo y Virginia López Recio, el poema “1989” es la estación final de Aniversario. El año marcó la historia de Europa. El imperio soviético y su área de influencia abarcaba Europa Central y Oriental; comienza el derrumbe y el primer ministro Mikhail Gorbachov desautorizó el uso de la fuerza, lo que ocasionó un derrumbe en cadena de los gobiernos comunistas europeos. El poema acoge esta circunstancia en los ojos del poeta griego Yannis Ritsos que en los últimos días de su vida contempla conmocionado ese derrumbe en la televisión. Las imágenes generan aspectos biográficos como su hospitalización, la toma de conciencia del marxismo, el ambiente de una época lastrada y el desmoronamiento final de un credo que había vertebrado toda su existencia. En la mirada frustración y vacío: sólo quedan los otros, un hilo de esperanza, una amanecida, un porvenir habitable en otro sitio…

El libro Aniversario muestra con solvencia en castellano el quehacer creador de Dimitris Angelís; nos deja una estética que reactualiza los mitos, el legado clásico griego y aportaciones de la Biblia para construir un lenguaje poético singular e imaginativo. Una obra donde conviven experiencia y pensamiento; una senda de versos perdurables.

José Luis Morante


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