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Oscar M. Prieto
Stories written by oscarmprieto
Óscar M. Prieto nació en Benavides de Órbigo (León) en el 73. Filosofía, Derecho e Historia son los tres pilares de su formación académica. Ha sido profesor de Filosofía Política y de Teoría del Derecho. Próximamente saldrá su nueva novela: Y por esto el príncipe no reinó (Sílex). Antes de esta, ha escrito las siguientes novelas: Berlín Vintage (Tropo) —finalista del Prix du livre eurpèen, 2015— , 40 (Eolas), Love is a game (Inéditor), Las horas se ríen de mí (Efecto Violeta), El tercer Sacramento (Comunidad de Madrid) y Palabras de carne y hueso (Premio Jóvenes Escritores Fundación Caja Madrid). Columnista los miércoles en La Nueva Crónica de León y creador de un universo libérrimo, Patacosmia, en la revista Experpento. La fortuna le regaló vivir en Roma por un tiempo y de árboles y flores intenta aprender lo que es el tiempo, ese tiempo ahora renovado por su hijo León.

La brújula de las palabras

Para León Felipe la palabra era un ladrillo para levantar la torre más alta y tirársela a Dios con la fuerza de una blasfemia o de una plegaria y romperle…

Héroes cotidianos

Despierto un minuto antes de que suene la alarma del teléfono móvil. No acabo de fiarme de la tecnología, sospecho que en algún rincón esconde una traición. Levanto las persianas.…

Toca a gloria

Yo sé dónde se hacen los días. Es cuestión de levantarse en el instante justo, ese que genera eternidades. Levantas la mirada por encima de tejados, la lanzas allá, más…

El tobogán

Es ahora, que llueve y la niebla oculta los árboles como si fueran porvenires y el invierno asoma la patita sin aclarar la voz, cuando echo de menos los parques…

No severos, muy severos

Domingo. Tarde de domingo. Regreso a Madrid. En el viaje se suceden tramos de niebla con los de la luz magnánima de un sol seguro de sí mismo que nada…

Tontos, demasiado tontos

«El bajo vientre es lo único que impide al ser humano creerse Dios», decía Nietzsche. En todos los servicios debería haber un espejo, ese instrumento de la vanidad, para vernos…

La batalla

En la medida en que nada de lo humano nos es ajeno –como bien intuyó Terencio– y participamos de lo bueno y de lo malo de nuestros semejantes, uno puede…

Expertos, niños y flores

Les ha dado por llamar “experto” a quien sabe mucho de una cosa y poco del resto. No es una elección inocente, pues camufla la inmensidad de la ignorancia, ya…

Personillas

En el principio, era el coro. No al principio de todo, obviamente. Me refiero una vez hecha la luz, ya diferenciados cielo y tierra y, de la tierra, separada el…

Voluntad

La lluvia nos acompaña como el palio al Santísimo. Paramos a comer en Villafranca. Con los siglos, los blasones se han vuelto más solemnes, más absurdos, como los jeroglíficos antes…