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Proemia Ensemble. Paisajes sacros entorno a la Italia del Barroco. XXIV Festival de música sacra y antigua de Badajoz.

Por Francisco Collado , 1 abril, 2019

Paisajes Sacros en torno a la Italia del Barroco

 

 

Como inicio del Festival de música sacra y antigua de Badajoz, la agrupación Proemia Ensemble, propone un intenso paseo por la paleta musical de la Italia barroca. Este extenso abanico sonoro, recorre desde la obra del fagotista Bartolomé de Selma y Salaverde, hasta la cúspide de la creación sacra; representada en Händel, pasando por los elaborados motetes monteverdianos.

Poco se sabe del fraile agustino y fagotista Bartolomé de Serna y Salaverde. Incluso su fecha de nacimiento es dudosa, aunque debió de tratarse de un músico respetado (sujeto primero entre los fagotistas),  a juzgar por el poema que le dedica otro compañero de fe:

 

“Tu SELMA SALAVERDE al suono eletto

Nutrito in fra le Muse Aonie Dive

Sei nel sonar le tue Etheree Pive

De Fagottisti principal soggetto

(Fray Claudio Panta. Soneto laudatorio a Bartolomé de Selma y Salaverde)

 

Bartolomé se educó en una familia de constructores de instrumentos para ministriles (viento), convirtiéndose en un  virtuoso “suonator di Fagotto”. Bartolomé también fue pionero en publicación de música solística, concretamente dedicada al fagot, como también fue pionero en descender; por primera vez en la historia; hasta el Si bemol grave. De la dificultad técnica de sus partituras, se deduce un dominio completo del instrumento. Tampoco se conoce la  fecha exacta de su muerte, que pudo acaecer en Austria o Polonia. La agrupación interpretó “Canzona a 2”, una obra de su único libro conservado. Bartolomeo Magni publica en Venecia en 1638 el Primo Libro/Canzoni/Fantasie et Correnti/ Da suonar ad una 2.3.4. Con Basso Contínuo. Este libro fue dedicado a Juan Carlos, Príncipe de Polonia, país donde se conserva (Cracovia), el único ejemplar de la edición. Las composiciones rezuman modernidad plena de referencias barrocas (con influencias de Adam Jarzebski y Vinko Jelić) y conviven con conceptos más tradicionales (anticuados) y sobrios en las “canzoni”.

 

 

Habitualmente solo se indica la tesitura del instrumento, dado el desinterés de Bartolomé de Selma por el destino instrumental de las composiciones, de tal modo que los intérpretes eligen los instrumentos en base a criterios historicistas. De este modo los ejecutantes pueden jugar con el tempo rubato (algo habitual en el manierismo de la era), las alteraciones o los adornos. Salvo que el autor lo indique en la escritura, con un schietto o un “bien come stá”. El monje agustino está imbricado sin duda en la esplendorosa práctica instrumental veneciana sin perder las influencias patrias. No en vano era conocido en Italia como “Bartolomeo, el sacerdote español”. Un hermoso prólogo este diálogo entre instrumentos con aire de danza, instantes de virtuosismo  y barrocos recursos.

 

La soprano Manon Chauvin posee un instrumento de amplio rango, que resolvió con  soltura los escollos cromáticos monteverdianos (docere, delectare, e movere), para solventar con exquisita técnica la pintura de palabras, los claroscuros, los vivos contrastes que solicitan las partituras del autor cremonés. “Laudate Dominun in sanctis eius” es un motete imbricado en “Selva morale e espirituale. SV 287). Un airoso moderno, con basso ostinato. La soprano atacó esta monodia, abriendo con el desgarrador “alabado sea Dios”, extrayendo la emoción de los hermosos y descriptivos melismas, de los adornos, de las hemiolas en esta exquisita partitura, (básicamente de exhibición), secundada por las exactas y virtuosas imitaciones instrumentales.  Las composiciones a voz sola habían penetrado con fuerza en el mundo sacro desde la publicación de “Cento Concerti Ecclesiastici. (Lodovico da Viadana. 1602). “Selva morale e espirituale” es un compendio de piezas religiosas de formato diverso, desde madrigales hasta una Misa completa, pasando por diferentes salmos e himnos, escritas en una mezcla de estilos tanto de la vieja escuela contrapuntística (prima prattica), como utilizando las aportaciones del nuevo estilo musical (seconda prattica). Algo que se imponía lenta; pero ineludiblemente; Estos componentes hacen de La selva morale una auténtica encrucijada, una obra ciclópea y ambiciosa que señala el momento decisivo en que se va produciendo la  transición del lenguaje musical occidental.

 

Venite, venite sitientes ad aquas Domini SV 335 tomada de Isaiah (55,1) y cantada el sábado de la IV Semana de Cuaresma, el llamado “Sabbatum sitientes (sábado de la sed)”, en la liturgia pre-tridentina. Manon Chauvin extrajo una hermosa interpretación  en este motete.

 

Vivaldi fue el protagonista del segundo segmento del  concierto. De “il prete rosso” se interpretaron dos obras. “Non  ita reducem progeniem” (R.644) del oratorio Juditha triumphans devicta Holofernis barbarie, ejecutado por primera vez en 1716. La formación extrajo todo el ardor barroco que solicita la obra, con empaste certero y un preciso sonido “historicista”, resolviendo la cantante con solvencia las agilidades.

Después, una exquisita interpretación del Preludio de la Sonata en sol m, Rv 42, Largo(ca. 1720) lleno de melancolía la nave de la iglesia.

 

El oratorio ingles pasó a ser el protagonista en el tercer bloque que ofreció Proemia Ensemble. Del clavecinista Jakob Froberger se ofreció su “Toccata Prima”, una pieza de lenguaje flexible y rica en matices. Froberger  asimiló las escuelas italianas y francesas desarrollando un lenguaje personal. En la sección libre de las tocatas, el compositor busca maravillar al oyente, yuxtaponiendo frases, repentinas  interrupciones del discurso,  jugando con recursos emotivos y técnicos, utilizando una estructura retórica más intensa, bebiendo de la estética barroca y el stylus phantasticus, así como del style brisé. Este autor sentó las bases de las suites de clave. Las dotó de estructura y sentido unitario. Álvaro Mota extrajo delicadas texturas con intensidad expresiva  y riqueza de matices frobergerianos

El oratorio “El Mesías” estuvo presente con tres arias. La hermosísima How the beautiful are the feet”, en delicada y bien fraseada interpretación. La emoción estuvo presente en el aria “If god be for us”, para culminar el concierto con “Rejoice Greatly o Daughter of Zión”, un aria difícil, especialmente en su tramo final, en una ejecución conmovedora, de ejecución robusta. Un acertado inicio para este Festival, programado por la Sociedad Filarmónica de Badajoz. Un sonido netamente barroco, barroco, certero y  emotivo.

Proemia Ensemble

Álvaro Mota: Clave

Teresa Gutiérrez: Violonchelo Barroco

Fátima Fuster: Violín Barroco

Manon Chauvin: Soprano

 

Santiago García Villegas

 

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