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Vuelve el sol al Giro

Por Fermín Caballero Bojart , 18 mayo, 2014
Foto. Fabio Ferrari - LaPresse

Foto: Fabio Ferrari – LaPresse

Todo vuelve a suceder en el Giro, pero esta vez con final feliz para los dos fugados del día. Todo, aparentemente igual, con ligeros matices. La etapa de 172 kms despertaba el interés de ver a BMC defendiendo la maglia rossa en una jornada de media montaña con final en Sestola a los pies del coloso Monte Cimone, aún con esquiadores. Blanco por fuera hueco por dentro, donde los militares escondían los secretos de la Guerra Fría. Primer matiz engañoso a 2.165 mts de altitud.

Carrera, la de hoy, con una escapada menos madrugadora que la de ayer, lo que ha dado más cuerda a los fugados. Lo que ha permitido a los dos corredores que llegaron en solitario al Cimone, el holandés de Orica, Pieter Weening, y el italiano de Europcar, Davide Malacarne, tantearse durante el último km antes de jugarse la victoria de etapa. Apostar para vencer, fue lo que hizo el holandés, dando otra victoria para Orica (la tercera) antes de que les alcanzara Domenico Pozzovivo que no soportó la vigilancia pasiva del grupo perseguidor y aprovechó para arañar 30 segundos en la general a Cadel Evans y saltar del décimo puesto al cuarto de la clasificación. Buen trabajo de AG2R La Mondiale para Domenico. Un hombre al que le gusta tocar el piano en la televisión y mostrar sus dotes musicales en programas populares.

Por detrás Evans no se inquietaba, ni siquiera cuando saltó Pozzovivo a 4 kms de meta. Solo se levantó del sillín para ir a por un tímido hachazo de Rigoberto Urán y dejarle claro que la media montaña aún la pasa sin problemas. Al quite salió inmediatamente el BMC Morabito para arropar a su jefe de filas. Los jóvenes, Quintana y Majka (maglia blanca), no perdieron la rueda de Evans y el pelotón se arremolinó de nuevo en torno al tren del suizo de BMC. Pozzovivo daba caza a Enrico Barbin del Bardiani CSF que pedaleaba en tierra de nadie. Reposaba brevemente el esfuerzo el pequeño corredor de AG2R y en una rampa suave dejaba a Barbin tambaleando sobre la bicicleta.

La jornada había comenzado con la sonrisa a la que invita el deseado sol de una mañana de Rávena, en la región de la Emilia-Romagna donde el Lambrusco acompaña a la pasta al huevo, elaborada con harina de trigo y trufas al ajo con salsa de vino blanco. Y con la boca llena de un avituallamiento fue cómo Pieter Weening estiró su quijotesca figura de rodador holandés y decidió dejar al grupo de 14 escapados que se había formado a los 40 kms de carrera. Grupo internacional y variado donde viajaban Malacarne y Barbin. Un grupo surtido de buenos rodadores donde el fruto de los relevos alcanzó hasta 8 minutos de ventaja.

Tiempo que fue disminuyendo por los pasos montañosos suaves y tiernos (nuevo matiz con falsa apariencia), que permitía a AG2R y a BMC llevar un ritmo en cabeza de pelotón condescendiente. Hoy no habría crueldad y los escapados gozarían de la misericordia de los favoritos para romper el anonimato con una victoria muy trabajada en el último km, tras 4 kms de tramos al 12%, pero demasiado cortos para un golpe de escarabajo. Los colombianos aun esperan a la segunda semana para tomar posiciones tras la CRI del jueves que filtrará definitivamente a los favoritos del Giro. Astana en su lucha particular por recuperar el bloque y con Scarponi corriendo para la promesa Fabio Aru dio otro ejemplo colectivo al esperar al joven corredor que lucha por la maglia blanca. Su pinchazo sirvió a los equipos interesados en la clasificación de los jóvenes para acelerar el ritmo. Finalmente le reintegraron al grupo tras una paliza de los azules de Astana. Todo ello en detrimento de los 12 escapados compañeros de Malacarne y Weening que cayeron poco a poco en las rampas de ascensión a Sestola.

Y los dos fugados llegaron al último km retándose bajo las gafas de sol. Levantados del sillín, semiagachados sobre el cuadro de la bicicleta, perdonándose la vida, templando la sangre. Bailando. El italiano Malacarne, algo más menudo que el holandés, por delante. Weening, el de Orica, media bicicleta por detrás jugaba a despistar; deshojando la margarita. Pozzovivo ya no tenía suficiente distancia para cogerles. Y el italiano de Europcar tomó la iniciativa con un verde acelerón descomunal a 225 metros de meta en un falso llano del Passo del Lupo. Los dientes apretados, la cabeza entre el manillar. Hasta que a 50 metros de meta se dio cuenta que había atacado demasiado pronto; el metro ochenta y seis del holandés le rebasó y le ganó un sprint de astucia y veteranía (33 frente a 26 años). Último matiz engañoso de la jornada.

El Giro descansa mañana lunes y el martes partirán desde Módena para afrontar los 173 kms que llevarán al pelotón hasta la ciudad de Salsomaggiore Terme.

Etapa 9:

1. Pieter Weening (Orica) 4h 25:51
2. Davide Malacarne (Europcar) m.t.
3. Domenico Pozzovivo (Ag2r) a 42”
4. Diego Ulissi (Lampre) a 1:08
5. Rigoberto Urán (Omega) m.t.
6. Wilco Kelderman (Belkin) m.t.
7. Cadel Evans (BMC) m.t.
8. Dario Cataldo (Sky) m.t.
9. Rafal Majka (Tinkoff) m.t.
10. Fabio Duarte (Colombia) m.t.

 General:

1. Cadel Evans (BMC) 38h 49:44
2. Rigoberto Urán (Omega) a 57”
3. Rafal Majka (Tinkoff) a 1:10
4. Domenico Pozzovivo (Ag2r) 1:20
5. Steve Morabito (BMC) a 1:31
6. Fabio Aru (Astana) a 1:39
7. Diego Ulissi (Lampre) a 1:43
8. Wilco Kelderman (Belkin) a 1:44
9. Nairo Quintana (Movistar) a 1:45
10. Robert Kiserlovski (Trek) a 1:49


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