¿Nuevos tiempos?

Uno nunca pierde la esperanza de que en España van a cambiar las cosas, de que el mundo puede cambiar. Recuerdo que de pequeña para mí el rey era aquel señor que estaba junto a su familia en las felicitaciones navideñas junto al belén, y ese señor que daba un discurso el día de Noche Buena que mi abuelo nunca quería perderse. Al estudiar historia y conocer el proceso de la Transición me enseñaron a valorar y defender a  aquellos hombres que parece que salvaron a España, que hicieron las paces sin remover demasiado y siguieron adelante. Luego llegó el tiempo de querer remover las cosas, y más allá de los partidos, de las ideologías y demás veran, a mi mayoría de edad decidí que la forma que más convenía por motivos prácticos al país era mantener la monarquía, aunque resultaba obsoleto seguir siendo el reino de España, por tanto, como nación moderna y europea, debíamos ser una república. Y esto me convencía. Luego vino la crisis, y la falta de dinero, o más bien, la repartición injusta de la riqueza. Y fue entonces cuando volví a pensar en el papel del rey en el estado español ¿Por qué este señor que se dedica a realizar apariciones de protocolo, y que es representante de la nación no está haciendo absolutamente nada? Ante los problemas y las dificultades el rey hacía oídos sordos y muy buenas palabras en su tradicional discurso. Cuando me enteré de que abdicaba pensé

¿Es ésta una oportunidad para el cambio o será como en Europa otro desencanto más?

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