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¿Están bien calculadas las necesidades de gasto de las comunidades autónomas?

Por José Julián Martín , 5 octubre, 2015

AlhambraSi bien una de las discusiones actuales es la reforma del sistema de financiación autonómica, antes de valorar cualquier decisión sería conveniente acordar si el procedimiento de cálculo de las necesidades de gasto (o poblaciones ajustadas) regionales que se utiliza en España es el correcto y cómo podría mejorarse.

Con el ánimo de estimular la discusión informada de cara a esta reforma, FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) ha publicado hoy un trabajo de Ángel de la Fuente en el que se repasa este procedimiento de cálculo y propone una serie de posibles cambios en la metodología utilizada actualmente.

Las necesidades de gasto de las comunidades autónomas –no su financiación real— son una pieza importante de los mecanismos redistributivos o de nivelación del sistema de financiación regional. Las modificaciones que, según de la Fuente, convendría adoptar de forma inmediata son las siguientes:

1) Ligar las ponderaciones de las variables incluidas en la fórmula de necesidades de gasto al peso observado en el gasto regional de los correspondientes grupos de competencias. A estos efectos, se deduciría de los gastos observados la parte que se financia con transferencias condicionadas específicas, como los Fondos europeos, y no a través del sistema general de financiación.

2) Recuperar una pequeña partida de costes fijos, que ya existía en versiones anteriores del modelo de financiación. Estos recursos se repartirían a partes iguales entre todas las comunidades autónomas con el fin de ayudar a sufragar los costes fijos ligados a las instituciones de autogobierno y a otros servicios autonómicos, que son especialmente gravosos en el caso de las comunidades más pequeñas.

3) Desdoblar el indicador de necesidades de gasto educativo, reemplazando la población de 0 a 16 años por la combinación de la población 3-18 y el alumnado de las universidades públicas, con ponderaciones que reflejen el peso relativo del gasto educativo universitario y no universitario.

4) Desdoblar el indicador de necesidades de gasto en protección social, incluyendo en la fórmula de reparto, además de la población mayor de 64 años, la población en riesgo de pobreza o exclusión social

El autor considera que también sería deseable introducir correcciones por los niveles regionales de precios y de renta, así como, posiblemente, incorporar algún indicador del stock o el flujo de población inmigrante. Para ello, sin embargo, sería necesario realizar algunos trabajos previos de carácter técnico, incluyendo la elaboración de un índice fiable de precios relativos regionales y un análisis detallado de los costes ligados a la inmigración.

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