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MUNDIAL DE BALONCESTO, ESPAÑA 2014

Por Guillermo Martínez , 15 septiembre, 2014

 

Este año hemos podido disfrutar de un Mundial de Baloncesto en el que el nivel ha sido bajo. Ha habido partidos en que algunos equipos no han superado los 70 puntos, incluso en contados casos los 60, dando un juego que no es digno de un campeonato de estas dimensiones. ¿Dónde están las selecciones de Italia, Alemania, Rusia o China? Sin duda con un poco más de suerte en las fases de clasificación podríamos haber disfrutado de un espectáculo inigualable.

Al principio, en la fase de grupos no hubo ninguna sorpresa aunque algunos equipos que se podrían considerar menores sí pusieron en apuros a algunos ya consagrados, como en la tercera jornada del Grupo B, donde Argentina se vio con problemas para superar a Filipinas. Superada la fase inicial llegaron los octavos junto con eliminación directa en la que la normalidad siguió su curso, los grandes se comieron a los pequeños, los números de los marcadores fueron in crescendo y en el juego se pudo ver una mejora a nivel de calidad.

Todas las selecciones se conforman con jugadores de diversos equipos y, este año como en tantos otros, hemos podido apreciar que los que sobresalen provienen de la NBA. Aunque también podemos encontrar alguna excepción. Los equipos nacionales que se enfrentaban a la estadounidense tenían casi asegurada la derrota y es que sus resultados eran de todo menos ajustados. Del mismo modo, muchas otras personas, como yo, confiábamos en la selección española que además era anfitriona. Esta esperanza de ver una final como la de los Juegos Olímpicos celebrados en la capital inglesa en 2012 disputada entre Estados Unidos y España se vio truncada cuando en cuartos de final la selección española vio ante ellos su propio debacle sin tomar decisiones a tiempo. Esta fue la gran sorpresa del mundial cuando Francia, que anteriormente había sido derrotada por España y que acabará ocupando el tercer lugar en el campeonato, arrolló a una selección apagada, lejos del espectáculo, de sus magníficas jugadas y sobre todo del buen juego. Muchas personas volcaron toda su frustración en el entrenador, Juan Antonio Orenga, que desde el pasado año ocupa el cargo de seleccionador. La verdad es que no hubo ningún tipo de respuesta a un juego superior al nuestro. También la derrota se podría achacar a la poca, incluso mínima, alternancia de jugadores que se comprueba fácilmente cuando al finalizar el partido Felipe Reyes, pívot del Real Madrid, no había disputado ni un sólo minuto en dicho encuentro; además del gran esfuerzo que pesaba sobre algunos hombres clave tras la mala idea de intentar dar lo máximo en algunos partidos más fáciles. Dadas las premisas, saquemos la conclusión, Orenga no supo actuar a tiempo y se vio superado en una situación que en ningún momento supo controlar; ni tampoco fue capaz de dar a sus jugadores ese estímulo necesario para salir de unos malos minutos en el campo, cosa que quizá otros anteriores seleccionadores sí sabían hacer. Ahora, como todo, está en manos de la Federación Española de Baloncesto determinar las medidas al respecto, ansiadas por buena parte de la afición, entre la que me encuentro.

Así, de este modo, la final se disputó en la capital española entre Estados Unidos, sin ninguna sorpresa, y Serbia, que estaba junto con España en el Grupo A y fue vencida por la misma, pero que partido tras partido ha ido sumando victorias y tuvo una merecida y justa oportunidad de demostrar lo que tenía guardado para el equipo estadounidense. Al final el resultado y el campeón no sorprendieron a nadie ya que la selección de Estados Unidos sobrepasó de forma clara y contundente al equipo rival.

En definitiva, este mundial ha dejado malas sensaciones dentro de la selección anfitriona y esperemos que nos haga aprender que la confianza debe demostrarse durante y no solo antes de un partido. Que para ganar hay que jugar. Que para jugar hay que saber hacerlo. Que para saber hacerlo la dirección técnica debe tomar unas decisiones correctas en el momento indicado. ¿Qué ha fallado? Esperemos que en los próximos encuentros de la selección española se vea lo que realmente es capaz de hacer. Respecto a los demás equipos, ha sido un mundial sin sobresaltos, en el que todos los equipos han luchado por la victoria y todos ellos han tenido la posibilidad de crecer. Un mundial sin decisiones polémicas con relación al cuerpo de árbitros, un mundial justo que nos deja, a mí y a todos los seguidores de la selección española de baloncesto, un mal sabor de boca.

 

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