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Llámame tonta

Por Oscar M. Prieto , 16 noviembre, 2018

En un medio ambiente precario que no admite a todos los miembros de una especie, sobrevivirán más probablemente aquellos con características mejor adaptadas y tendrán más éxito reproductor. Más o menos, así establece Darwin su teoría de la “selección natural”. Sin embargo, si elegimos a algunos especímenes, aunque sean mediocres, y los cebamos en una granja, sin competidores ni depredadores, la selección natural se ve adulterada y ya no serán los mejores los que trasmitan su herencia.

Algo así es lo que ha sucedido con el panorama musical en los últimos años, desde la nefasta aparición del programa Operación Triunfo. En cada  una de sus ediciones, los productores televisivos eligen a una docena de pollos y gallinas que tienen la ilusión de ser cantantes, en realidad, la ilusión de triunfar, para criarlos en su granja, engordarlos con piensos y sacarlos hermosos al mercado. Su carne es fofa y están dopados, pero no importa, su apariencia es buena y así, tramposamente, han logrado aniquilar a todos aquellos grupos musicales, a los verdaderos músicos, que en sana competencia, espoleados por el esfuerzo y el talento, deberían haber sido los llamados a legar su mejor genética artística. Han acabo con ellos o, en el mejor de los casos, los han aislado en islas minoritarias. El resultado es este páramo musical que invade televisiones, programas de radio y verbenas de pueblos.

Aunque me dolía esta situación, en parte estaba tranquilo, egoístamente, pues mi ecosistema, el literario, estaba a salvo de esta plaga invasora. Qué ingenuo he sido por no comprender que su voracidad no tiene límites. Aitana, una de las gallinas criada en esta granja, acaba de publicar un libro de poesía. Como no es bueno abusar de los juicios de valor, dejemos que sea ella misma la que diga: “Siempre he cometido faltas de ortografía y no me sé expresar muy bien”. Dos condiciones perfectas para un escritor. Pero claro, hay truco, ha escrito el libro “con ayuda de una coach escritora a la cual está súper agradecida”. Con un par.

Malos tiempos para la lírica. Pero Aitana dirá: “Dame pan y llámame tonta”. Y mientras, aunque no nos lo llame, nos toman a todos por tontos, porque quizás, lo somos.

Salud.

www.oscarmprieto.com

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