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Historias de oficina 2. Capítulo XII

Por Sonia Aldama , 8 septiembre, 2014

keanureeves

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

…CUANDO BELÉN LE HIZO UNA SEÑA A SOFÍA (XII)

 

–          Tranquilos chicos. – murmuró Sofía desabrochándose los tres primeros botones de la bata- Buenas tardes, agentes, ¿no tienen calor con esos uniformes? – preguntó.

Llevaba el pelo recogido en una coleta, y mientras se acercaba a los dos policías se soltó la melena, le quitó la gorra al policía de la derecha, que era el más gordito, y se dio la vuelta sin inmutarse, aunque con la mirada les estaba pidiendo a sus compañeras que actuaran.

Irma miró a Juan Carlos, que tenía sujeto al gallináceo bajo el brazo, y le hizo una seña con la mano para que le dejara caer al suelo. El golpe en la cabeza fue tan fuerte que murió en el acto.

–          Agente, agente, ¿puedo entrar al hospital a llamar a un médico? Este hombre parece haberse dado un buen golpe en la cabeza – gritó Belén, pegando saltitos con voz ingenua.

Antes de que Belén pudiera entrar en el hospital, el policía gordito había recuperado su gorra y esposado a Sofía. El otro poli, alto y corpulento, en un par de zancadas había capturado a Belén, y arrastrando a Juan Carlos de la coleta, los llevó hasta el coche.

–          Corre, Irma, corre – le gritaron sus compañeros.

Irma estaba a punto de escapar cuando se chocó con Keanu, que sacó una placa de la policía secreta de Hawaii.

–          Estás detenida, moza.- le dijo con voz profunda y cara sonriente.

El gallináceo continuaba en el suelo,  sin vida, y los cuatro publicistas ya estaban camino de la prisión estatal.

 

Saldama

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