Feliz Navidad

Soy cada vez más consciente del escaso, por no decir nulo, interés de estos artículos para el público. Y francamente, cada vez me importa menos. Reconozco que si el mundo, la Europa y la España en que vivimos son tal cual (con todas sus luces y sus sombras), es porque la inmensa mayoría de la gente así lo quiere. Aunque no me identifico con esta mayoría silenciosa (silenciosa y creo, también, resignada), no siento ningún rencor ni acritud hacia ella, y deseo de todo corazón, que lo disfrute con salud.

Ayer tomó posesión en Austria un gobierno de coalición entre la derecha conservadora y la extrema derecha (algunos de cuyos miembros tienen, al parecer, un pasado de simpatía neo-nazi). ¿Y qué?, dirá esa mayoría silenciosa. Esto es así porque ha habido unas elecciones y los austriacos lo han decidido. Hay que respetar el resultado del voto. ¡Tal es la esencia de la democracia!

Por lo demás, pensarán muchos, es normal que la gente se revuelva contra los “peligros que nos amenazan”: los inmigrantes, los musulmanes, los extranjeros. Los rompe-patrias. ¿Saben una cosa? Si ahora hubiese una amenaza anti-sistema para occidente, como lo era la Revolución Rusa de 1917, volvería el fascismo, no sólo en su forma actual, de Partidos de extrema derecha, sino en su forma clásica, con grupos paramilitares imponiendo el terror callejero. Y la gente bien, buena parte de esa mayoría silenciosa de la que hablo, lo acogerían con alivio. El fascismo de los matones y los Donald Trum de turno.

Termino. Las elecciones generales en España van a ser en 2018. A ser posible, coincidirán con otras elecciones catalanas y con el mundial de fútbol. A la gente no le va a dar tiempo a quitar las banderas de los balcones. ¡Buen provecho y feliz Navidad a todos!

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