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DE JESUCRISTO A @BARBIJAPUTA (PASANDO POR SOTO IVARS)

Por David Alfaro Simón , 11 junio, 2017

Me educaron como buen chaval español en la tradición católica y en colegio de monjas. Me contaron que Dios era bueno, tenía un hijo llamado Jesús que ayudaba a los pobres y no quería bienes materiales y, por descontado, ambos existían y vigilaban que fuésemos buenos desde los cielos. Luego crecí y me di cuenta que los Reyes Magos, el ratoncito Pérez, Santa Claus y hasta tu propio padre habían perdido los poderes. Pero no Dios. Perdí la adolescencia, la inocencia, las ganas de mentir a mis padres a todas horas y, por supuesto, la fe.

Luego aprendí sobre ese fenómeno tan bondadoso que es “ser de izquierdas”. Había dos bandos y era el nuestro el que auxiliaba a los necesitados, el que pensaba en el tercer mundo, el que protestaba contra los poderosos, el que quería un mundo más justo y, por ende, mejor. No, mejor para mí no, mejor para el resto; de eso trataba. Volví a crecer y vi cómo todos los que formábamos parte de aquel grupo filantrópico y magnánimo, terminábamos por evadir impuestos siempre que podíamos, sacábamos a nuestros hijos de los colegios más conflictivos con altos porcentajes de inmigración y nos íbamos a vivir a los barrios residenciales en los que nadie te molesta para que tu prole pueda crecer tranquila y a salvo de los peligros y problemas que traen consigo los bolsillos vacíos.

Y ahora. Bueno, ahora tengo la sensación de que son las redes sociales el nuevo terreno donde con solo posicionarte y opinar curas la conciencia y eliminas la angustia de poder llegar a ser un cabrón egoísta. Que le den al tercer mundo –yo no puedo arreglar todo-, que mi hijo tenga una buena vida –en mi fuero interno me importan tres pepinos las ayudas que le puedan dar a una peruana que vive en Villaverde y que no llega a fin de mes para sacar sus cuatro hijos adelante; que hubiera sido responsable, yo que solo he tenido uno-, que quede claro que soy una persona comprometida y doy ‘me gusta’ cada vez que Soto Ivars hace justicia –que son pocas últimamente, porque si yo escribiera y me expresara tan bien como lo hace este chico, otro gallo cantaría-. Los ricos, ellos tienen la culpa. ¿Que yo estoy entre el 10% más rico del planeta? ¿Pero ha visto usted cómo llevo estos pantalones, señor mío? Ah, y las judías verdes, de bote, que en la frutería se han puesto por las nubes.

Y me ha llegado ‘el mañana’ como llegará el puto lunes y Facebook sigue sin obligarte a poner entre estado civil y  profesión, la pasta que dedicas tú, a emergencias sociales, a desarrollo de proyectos en África, a educación de niños sin recursos en Bangladesh. Es que si… El neoliberalismo no fuera tan malvado habría para todos. Es que si… A Pablo Iglesias le salieran alas podría liberarnos. Es que si… Mi abuela tuviera cojones sería mi abuelo. Es que si… Por lo menos fuera de izquierdas, o religioso, podría hacer del mundo un lugar mejor, pero es que yo ya no creo en nada y no te vayas a creer que en Facebook ya casi ni me meto. Parece que últimamente estoy más de comentar en Twitter a @Barbijaputa, que debió ser santa o concejala de Izquierda Unida en la otra vida.

https://www.facebook.com/david.alfarosimon

@DavidAlfaroSi

 

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