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Bondagedosos

Por Guillermina Royo-Villanova , 25 agosto, 2014

bondage

Una desea pensar que la gente es buena por naturaleza pero más comparto esa otra sentencia de Rousseau en la que asegura que el hombre nace libre pero en todos los lados está encadenado, imagino que voluntariamente en una práctica bondage, vamos, que les pone lo de las esposas, pegar y que le peguen, tal vez esos vicios no les haga malos pero joder, cualquiera baja la guardia. Pasaron los tiempos de Moliere donde se ridiculizaba la frivolidad de la burguesía y se escribía con el propósito de provocarla -esta ya no se escandaliza con nada- vive encadenada y víctima de sus modas como un animal nervioso consciente de su extinción pero en todos los gremios se cuecen habas -en ocasiones fabadas enteras- y el arte de aparentar se ha contagiado como la peste en todos los ámbitos sociales en esa extraña manía de etiquetar y etiquetarse para sentirse aceptado por un puñado.

Concibo la vida como un continuo esfuerzo por cortar esas cadenas, eslabones cliché, esa moral cristiana establecida a hierro en la que hay más pose que civismo y hace más mal que bien. Los artistas y creadores lo saben, es difícil crear huyendo de arquetipos sin meterse en otros, buscar senderos sin transitar y abrirse paso; a veces uno piensa que todo está inventado, le defrauda la poesía y las musas del arrollo, tal vez sólo quede escribir algo que nadie entienda como diluvio que arrase la cantinela que se repite y repite. Amo la vida y creo en el ser humano, siquiera me importa que el ser humano crea en mi, el teatro gira a mi alrededor mientras me quedo en lo invisible y en mi encendida sátira contra los convencionalismos, sí, me verán riéndome de todo lo grotesco que hemos creado comenzando por una misma, lo hago con una inocencia sin piedad, superando la hipocresía a expensas del linchamiento en una época en la que se castiga por detrás al que dice la verdad de frente. Sea como fuere el mundo este me ha convertido en una “iconoplasta” de lo podrido y falso en un intento por sacarle su lado poético y humorístico porque pese al que le pese el sol se pone para todos.

cotidiano

 

Anda que…


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