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Antineoliberal propaganda capitalista

Por Eduardo Zeind Palafox , 4 enero, 2020

 

 

Eduardo Zeind Palafox


Los avaros, concupiscentes y contradictorios ensueños neoliberales, o por mejor decir, capitalistas, cuyo eufemismo llámase “speculative finance”, para realizarse exigen masificación social. Nadie olvida que las causas del capitalismo son terrenales, ora la usura, ora la avaricia. Dícelo la Biblia (Colosenses 3: 5): “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”. Marx, en algunos cuadernos de apuntamientos (Manuscritos del 61-63), escribe que el “usurero”, “Wucherer” en alemán, es la prefiguración del “mercader”, “Kaufmann” en alemán, que es la prefiguración del “capitalista”, “ladrón” en católico castellano.


John Rieder afirma (The Impossible Future of the Futures Market, Los Angeles Review of Books, 1 de noviembre de 2019) que los financieros especuladores, cuyas tesis neoliberales por mote pueden portar la palabra “determinismo”, sostienen que el acrecentamiento capitalista es “inevitable”. Afanan, dice, que las gentes sean meras “iconografías”, cuasi gentes, es decir, esquemas, cosas no singulares, no ostentadoras de personalidad, ni universales, ostentadoras de valores objetivos, como la libertad, la igualdad o la fraternidad.


Antípoda de dichas quimeras, dice Rieder, es la “ficción especulativa”, que arrostra la “hiperrealidad” (“hyper now”) para que las gentes no sean iconografías, sino “caracteres”, personalidades universales.  Dicha “hiperrealidad” es compuesta tecnocrática, digitalmente, por espacios sin localización, o “unmappable space” (Facebook, Instagram, Twitter, p. ej.), según dice, y por la “dispersión temporal” o “temporal disolution”, consistente en teledirigir algorítmicamente (Sartori) el “yo” (“unidad sintetizadora de percepciones”, que dice Kant), esto es, creencias, sentimientos, percepciones, opiniones, etc., echando mano, verbigracia, de las redes sociales.


Nótese que la propaganda capitalista, neoliberal, adunando romanticismo y racionalismo tipifica, sensifica y mecaniza lo humano. El romanticismo, refiere Bertrand Russell (Historia de la Filosofía, cap. XVIII), vitorea la “sensibilité”, la “sensibilidad”, que siendo harto mudable es dispersión de la conciencia (“sentido interior”, dice Kant), y vitupera la racionalidad. Tales vítores causan, claro, solipsismo, pues la sensibilidad es siempre subjetividad, y dicha subjetividad acaba en salvajismo, y luego en anarquía civil, en “unmappable political spaces”.


El racionalismo, en parangón, según Kant celebra lo originario, detallado y limitado, es decir, lo que puede definirse, y también la claridad sensorial, o sea, los axiomas, y además lo posible lógica y materialmente, esto es, las demostraciones (Kritik der reinen Vernunft, Die Disciplin der reinen Vernunft, B755, B760, B762, respectivamente). A lo definido, axiomático y demostrable llámese “lo concluso”, o en léxico bíblico, “lo terrenal”. La sensibilidad, jamás conclusa, siendo definida, conclusa, es tipificación psicológica. La sensibilidad, cosa lírica, invisible, vuelta axioma, visible, es sensificación antropológica. La sensibilidad, que es abigarramiento, confusión, metida en demostraciones, en silogismos, es mecanización metafísica. Tipificar, sensificar y mecanizar sensibilidades, ora “vitales”, a decir de Ortega y Gasset, ora culturales, sociales, etc., es bregar contra la libertad de conciencia, es antiliberal.


Escrutemos dos propagandas neoliberales, la de Timex, macrobazar de relojes, y la de Joe Biden, político norteamericano. Timex, para extractar plusvalor mediante el intercambiar dinero por cierto reloj que llaman “Falcon Eye”, publicita anuncio televisivo titulado “Rescue Mission”, donde cáptanse las siguientes tipologías psicológicas: “pueblo”, “maleante”, “héroe”. No hay en la televisiva persuasión “caracteres”, personajes humanos, es decir, autopoéticos, indescriptibles, ilimitados, sino “íconos”. Los maleantes, para ser reconocidos, son sensificados con oscuros anteojos, con trajes y con motocicletas. El héroe del referido anuncio, cual ícono, no padece incertidumbre, y en toda hora silogiza actos, y hácelo mecánicamente, “sin otra luz ni guía sino la que en el corazón ardía”, como dice poema de San Juan de la Cruz.


Joe Biden, para allegar militantes, publicita anuncio televisivo llamado “Anything is Possible”, donde cáptanse las siguientes tipologías psicológicas: “proletario”, “médico”, “mujer”, etc. No hay “caracteres”, es decir, mujeres ilimitadas que son, simultáneamente, proletarias e hipocráticas, ni hombres hipocráticos, marxistas y afeminados, etc., sino íconos, psiques, dígase así, puras. Hay en la visible persuasión bidenina hombre que no connota, sino denota lo oriental, y hácelo no profiriendo versículos alcoránicos, sino con piadosas, icónicas barbas, y hay también mujer que denota lo afroamericano, y hácelo no con razonamientos mágico-religiosos, sino mediante icónicas, onduladas cabelleras. Se enumeran, además, mecánicamente los norteamericanos problemas que Biden, metaprevisor, diluirá, que son: “manufactura”, “educación”, “matrimonio”, “armas”, etc.


Mentes, antropologías, metafísicas, son realidades incorpóreas, por lo que no se conocen inmediata, sino mediatamente, y no se describen, se interpretan. ¿Y no es el interpretar quehacer harto liberal? Los asideros de la interpretación psicológica, se sabe desde Pavlov y Freud, son las obras y el habla, que exigen tiempo para “ser”, hablando filosóficamente.

 

Las gentes, merced a la propaganda capitalista, soslayan tamaño esfuerzo temporal, y frecuentando incorporeidades tipificadas, sensificadas, mecanizadas, son acostumbradas a exigir que el prójimo sea definido (“Lo que piensan los hombres”, tipificación corriente en YouTube), axiomático (“Cinco vestidos que toda mujer debe poseer”, sensificación ordinaria en Facebook), demostrable (“Diez hábitos para ser exitoso”, mecanización frecuente en libros de Sanborns), o dicho con llaneza y con pleonasmo, paupérrimo ícono. El neoliberalismo, en suma, petrificando psicologías, menguando antropologías, geometrizando metafísicas, es determinista, antineoliberal.-

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